Nadia Ríos es la portavoz de Unidas Podemos en el Ayuntamiento y candidata de Izquierda Unida (IU) para las próximas elecciones municipales del 28 de mayo.
–Ha sido un mandato convulso con la pandemia y la guerra de Ucrania ¿Crees que la ciudad ha afrontado bien estás circunstancias tan complicadas?
En la última entrevista te decía que al final la solidaridad y el compañerismo primaban, pero me estoy dando cuenta de que no. Al final prima el individualismo, no solo en Alcalá.
–Trasladado a la Corporación, ¿Se siente defraudada?
Un poco. Cuando salta la pandemia el gobierno nos pide lealtad. Una lealtad que no ha sido recíproca. La prepotencia y la soberbia del equipo de gobierno no nos ha permitido llegar a más.
–En el presupuesto de 2021, disteis una abstención de confianza al gobierno. ¿Habéis perdido esa confianza?
Totalmente. Después de la comisión Relanza, donde mi grupo presentó 65 medidas de las cuales se incluyeron la mayoría, de presentar enmiendas y que nos las aceptaran, tengo que dar un voto de confianza. Nada de lo que se aprobó se ha realizado. Evidentemente el voto del año pasado fue negativo y este año, después del circo que han montado, pues ha sido negativo también.
–Respecto al «circo»: Cs le anunció a su grupo que iba a votar en contra del presupuesto y después el voto a favor. ¿Le habéis pedido alguna explicación?
Fue Rosa Carro (Cs) la que nos dijo que no estaba de acuerdo con los presupuestos porque «eran nefastos para la ciudad» y que además «no habían contado con ellos para nada», cosa que tampoco nos extrañó. No le he pedido explicaciones, porque se ha visto reflejado en las partidas. Han quitado medio millón de arreglos en barriadas y se ha destinado para propaganda de la delegaciones de Cs. Después vimos la defensa de la señora Carro en el pleno que parecía que los presupuestos los había hecho ella.
–¿Le sorprendió el cambio de postura?
Me dejó perpleja. ¿El problema cuál era? ¿Que no tenía dinero para hacerse fotos? Los grupos de la oposición llevamos cuatro años diciendo que los presupuestos no son participativos. Los dos últimos años que ni siquiera se habían reunido con nosotros.
«Alcalá tiene margen de mejora a la izquierda. No se trata solamente de cambiar el color político, se trata de cambiar el modelo»
Gestión
–¿Qué balance de gestión hace?
Un mandato de prepotencia y de soberbia, de hacer obras innecesarias de cara a venderse en las próximas elecciones. En ninguno de los presupuestos han afrontado los problemas reales. No se aborda el problema de la vivienda y del empleo. Se habla de la Alcalá Futura pero no se invierte en los barrios. Se habla de polígonos inteligentes y hay polígonos que no les llega ni la fibra óptica.
–¿Qué grandes problemas había cuando llegó como concejala y qué grandes problemas no se han resuelto?
No hay viviendas sociales. El desempleo: incluso siendo los datos a nivel nacional positivos, no se reflejan en los datos del paro de Alcalá. Es verdad que había un problema de suciedad en las calles que poco a poco se va se va solventando, pero había problemas con las podas que no sean resuelto, con el mantenimiento de nuestro arbolado urbano, que no es que no se haya resuelto, sino que vamos de mal en peor. Había problemas en el transporte público, que venimos defendiendo desde 2019 que se recupere ese servicio y que sea gratuito porque así disuades el uso del vehículo particular. El transporte urbano ha empeorado, estamos viendo en los últimos días las quejas diarias. Son proyectos que cuestan millones, para que no tengas una previsión de cómo debería ser ese servicio.
–Y, ¿cuál es el balance de su propia gestión?
Hemos presentado muchas propuestas. Hemos denunciado, todo lo que había que denunciar. No hay calle donde no hayamos dicho: «Hay problemas de accesibilidad, hay problemas en el acerado, hay problemas de asfaltado…». Hemos denunciado que no se tenga en cuenta el cambio climático. Yo creo que el trabajo nuestro sí es satisfactorio, otra cosa es la ejecución. Yo estoy en la oposición. Puedo proponer, que se haga depende de la señora alcaldesa. Ahí tenemos el ejemplo de la Casa de la Juventud.
–Es la primera vez que se presenta, ¿cómo afronta este reto?
Con ilusión. Alcalá tiene mucho margen de mejora a la izquierda. No se trata solamente de cambiar el color político, se trata de cambiar el modelo de gestión de la ciudad. Hay que recuperar los servicios públicos que están externalizados y hay que darle un enfoque a nuestro modelo productivo y fomentar el consumo de barrio. Hay muchísimo trabajo pendiente. Con un programa como el que nosotros llevamos, con una candidatura como la nuestra, de gente dispuesta y comprometida, se podrían mejorar muchas cosas sin hablar de grandes macroproyectos, ni de una revolución. Simplemente de cosas cotidianas del día a día.